Tu Hogar con Dios

Dios anhela gobernar tu vida y familia. No solo quiere que le entregues ciertas áreas, sino que desea que todo lo que posees lo pongas en sus manos. Cuando comprendes que Dios te ha dado tu familia, tu hogar y los años que has vivido en esta tierra, no te resistirías a darle cualquier cosa que te pida. Su gracia te ha sostenido, y la garantía de tener un hogar estable y bendecido radica en no apartarte de la cobertura del Espíritu Santo. No vivas sin su presencia, no te alejes de sus mandamientos y estatutos, cumple sus principios y vivirás eternamente bajo la bondad del Altísimo. No permitas que nada corrupto entre en tu hogar, mantén un ambiente acogedor donde Dios pueda residir y verás la continua manifestación de los frutos del Espíritu. Cuando el hombre decide excluir a Dios de su vida, le da ventaja al enemigo para causar estragos y daños irreparables en algunos casos. Es por genuino amor que el diseño de Dios permanece; mantenerse firme en el amor del Padre te permitirá vivir en paz, superar las dificultades y, en medio de las carencias, confiar en que Jesús cuida de tu hogar. Dormirás tranquilamente, no temerás malas noticias y verás la provisión y protección de Dios, pues tus corazones descansarán en Aquel en quien confiaste tus caminos. Recuerda orar junto a tu familia y agradecer a Dios por todo. No des cabida a lo perverso ni a la inmoralidad, encontrarás victoria cada vez que le declares a Dios que él reina sobre tu casa, tu vida y tu familia.